Quisiera recordar todas las razones que han surcado mi camino hasta aquí. Cuantas decisiones, cuantos impulsos locos, cuantos letargos y minutos perdidos.
Tengo una gaveta atiborrada de despedidas, los bolsillos repletos de discursos ensayados, tengo besos y besos y besos perdidos que jamás encontraron el camino, me quedan algunas tristezas pendientes. En los puños llevo unas ganas vivas que reptan y trepan y enredan mi pecho, mi garganta…. Tengo un silencio que casi siempre ignoro. Me escondo en los rayos de luz de este reciente otoño, me disfrazo con nubes de colores y atuendos estudiados.
Decido investigar un día cualquiera de esta vida, recojo un puñado de horas que desmenuzo, trituro y llevo como arena caliente hasta mi boca. Mi lengua es un apéndice que descubre amores fugaces, mentiras frescas, sentimientos plurales, mentiras comunes, piel ávida, y mentiras en todas las gavetas…. Las mismas que sigo llenando de nuevas despedidas.
Mientras tanto me visto de colores, me perfumo más de una vez todos los días, ahogo las voces de mi cabeza con música estruendosa, refresco la careta que enmascara los surcos de mi alma…. regalo abrazos, sonrisas y miradas atentas. Me dejo flotar a merced de un reloj que insiste en insistir. Sigo coleccionando nubes, penas, ansias, fotografías mentales, cuellos enchumbados de olores dulces, y trozos de minutos que son solo míos.
No recuerdo todas las razones que han surcado mi camino hasta aquí, solo insisto en vivir con motivos rosados, con temor y premura, sin paciencia y con ansias, con dolor y toda esta soledad que me acompaña.
